Para usted, Fragolina Belano


Hola señor, ¿cómo ha estado? A mí me gustaría saber realmente cómo ha estado, qué pasará por su cabeza en este momento o qué estará haciendo justo ahora, justo cuando yo estoy pensando en usted de alguna manera deliberada. Lo primero qué pienso es en mi cobardía de no preguntárselo directamente. Se supone que con un simple mensaje de texto yo podría averiguarlo, eso sin tener que pasar por la vergüenza de llamarlo por teléfono y escuchar su voz, y que la pragmática hable por sí sola sobre su estado de ánimo. Entonces, pienso en usted, llevo dos días soñándolo, dos días de angustia, donde raramente me siento más cercana. A la vez estoy tan distante, sobre todo porque sé que usted quiere permanecer distante. Cada vez se acerca más la despedida engañosa, ésa que nos hará caer en cuenta sobre una situación, pero me pregunto a mí misma ¿Cuál situación? Tal vez hago la pregunta porque no sé hasta qué punto, usted, sí, usted mismo pueda planteárselo. Resulta que tengo dos días pensando en mentiras, esas construcciones de frases piadosas que nos salvan, que nos remedian algo. Y es que yo estoy de acuerdo con la claridad, con la sinceridad, pero hay mentiras que definitivamente tienen que existir, ésas que tienen que ver con el individuo, con usted, conmigo. Últimamente esas mentiras son las que me han hecho pensar todas estas noches en las que mi cabeza ha estado divagando entre tinieblas. En las noches, antes de dormir pienso en eso y en que si dijéramos toda la verdad ya no habría tanto qué pensar. No sé qué me pasa, yo ni sé cómo nombrarlo, usted sí que tiene responsabilidades que cumplir, incluso ya se vale por sí mismo, disfruta su independencia y libertad, cosa que eso a mí me hace diferente a usted. Yo, en cambio, estoy en la búsqueda de la independencia. Ahora bien, me preocupa realmente cómo está usted hoy, ayer lo vi y me conmovió. Pensé en darle tanto cariño, pero no pude, tampoco supe cómo abordar el asunto, pero sus ojos y su cara dijeron muchas cosas. Traté de ayudarlo, ojalá haya resultado lo mejor. Yo, en realidad le deseo que su situación se solvente, pienso que usted tiene lo que necesita, pero debe saber abordarlo. Tenemos semanas reuniéndonos y hablándonos sobre su estado, yo le pregunto a usted, usted me cuenta y así pasa el tiempo hasta que yo trato de darle una respuesta siendo toda oídos porque su mayor necesidad es desahogarse. También he pensado en la necesidad que ha estrechado conmigo, no sé qué nos pasa, no sé qué le pasa que a usted le gusta mi compañía y a mí me gusta la suya. ¡Qué coincidencia!... Hay algo que resulta más raro de todo ésto, lo parecido y diferente que somos y cómo la planta ha ido creciendo. Nadie ha querido regarla porque comprometerse a que la cosecha crezca es una responsabilidad, pero lo que sí se sabe es que el sol sale cada día y la planta no es de sombra, es de luz. Así que, yo no sé cómo seguir explicando mi inquietud hacia usted, siempre me siento bien con usted, pero ayer quise protegerlo, quise acompañarlo, pero las decisiones siempre cambian y yo no fui la indicada. Yo simplemente llegué a su vida como el destino se empeña en que las cosas aparezcan. Yo no sé si usted recuerda cómo se fue conformando ésto, pero llevamos más de cuatro meses en este plan y cada quien tiene su vida, pero el pensar señor, el estar, el haber amanecido un par de veces, hace que me detenga y piense en usted, en mí, en esta mentira. En la que nos lleváremos cada uno por su cuenta, en la que no tengamos que darle vuelta, y pienso que usted me aprecia, pienso que yo también lo aprecio y en que hay gestos de su cara que demuestran gratitud. No sé, son tantas cosas las que puedo leerle. Y sigo preocupada, y espero que esto acabe o que pase lo que tenga que pasar, y que la sinceridad se muestre en cada uno de nosotros. Tampoco hagamos un tratado de moral y ética, más bien hagamos uno en contra de ese. Hagamos uno con el que nos sintamos bien, donde seamos nosotros y donde nos identifiquemos, pero yo sé que de eso nunca hablamos. Nunca hemos hablado de lo que sentimos, nunca nos hemos mirado bien a los ojos para expresar ¿qué es “esto”? He pensado en decírselo, pero si se lo digo me sentiría inmoral y despiadada, pero no dejo de imaginarme un momento. Y pienso que si nos quedamos otra noche como alguna vez lo hicimos, podríamos disfrutar la noche a plenitud, podríamos hablar sobre los cuentos de Las Mil y Una noches. Yo podría enseñárselos, mientras usted me muestra líneas de su cuerpo y yo trate de descifrarlas, y leerlas en voz alta para que usted pueda escuchar lo que mi interpretación dicta. Y así entendernos, y así usted sentirse entendido y yo sentirme entendida, y ser más confidentes de lo que hemos sido, pero el problema está en que nunca hemos hablado de eso, y yo no quiero enredarme con usted, yo simplemente quiero que usted se dé cuenta de que conoció a alguien diferente y que por algo estamos aquí. Esos desencuentros que hemos tenido con la vida, yo le aseguro que se van a reponer y vamos a hablarlos algún día. Yo lo invito a que hablemos de eso, pero usted tiene que estar de acuerdo. Yo estar dispuesta y usted entregarse. Eso sería interesante. Tratemos de buscar ese momento y yo espero que así sea, yo espero que antes de estos días que me quedan para despegar por un tiempo, usted sepa, usted entienda y si no lee esto, me gustaría acertar en su pensamiento. Creer que usted alguna vez se ha planteado toda esta locura y satisfacerme de que yo no estoy tan equivocada, no pensar tanto en esta historia como un error sino como un viaje mutuo. No se asuste, no piense que esto se fue más allá, las fronteras usted y yo las conocimos, eso sí tanto usted, como yo sabemos cuántas veces las hemos cruzado y nos hemos devuelto. Pero aquí estamos, así somos, así nos percibimos, tan parecidos y tan ajenos uno del otro, tan pertenecientes a la nada y seguimos, somos dos. Usted y yo queriendo señorearnos a la edad de veinticuatro años donde el tiempo es un instante, donde los encuentros son remotos, pero queremos escapar juntos, ser evasivos ante la misma realidad que nos conforma. La misma que nos ha identificado en el espacio que hemos compartido. 

1 comentario:

  1. Que bueno esta esto, donde se puede conseguir más de la autora (asumiendo que es Fragolina)? Gracias

    ResponderEliminar